EL POETA AL VER LAS CEPAS DICE:
"TENGO FLORES, FRUTALES Y VIÑEDOS,
Y ES DE VER LA DELICIA CONQUE EXPRIMO
LA OTOÑAL OPULENCIA DE UN RACIMO
PARA QUE EL JUGO CORRA POR MIS DEDOS".
"YA DIO ALEGRE EL FRESCO OTOÑO
LA SEÑAL DE LA VENDIMIA,
Y A SU VOZ REDOBLA EL ECO
POR LOS VALLES Y COLINAS.
lAS CESTAS, PUES, SE PREPAREN,
ORDÉNENSE LAS CUADRILLAS
Y AL CAMPO SALID GRITANDO:
¡HONOR AL DIOS DE LAS VIÑAS!".
A FINES DEL SIGLO XV, ANTONIO DE GUEVARA, EN SU LIBRO "MENOSPRECIO DE CORTE Y ALABANZA DE ALDEA", NOS HABLA DE LOS VIÑEDOS CON GRAN ADMIRACIÓN:
"ES PRIVILEGIO DE ALDEA QUE EL QUE TUVIERA ALGUNAS VIÑAS GOCE MUY A SU CONTENTO DELLAS; CUAL PARECE SER VERDAD EN QUE TORNAN MUY GRAN RECREACIÓN EN VERLAS PLANTAR, VERLAS BINAR, VERLAS CUBRIR, VERLAS CERCAR, VERLAS BARDAR, VERLAS REGAR, VERLAS ESTERCOLAR, VERLAS PODAR, VERLAS SARMENTEAR, Y SOBRE TODO, VERLAS VENDIMIAR".
ANTONIO DE TRUEBA EN "EL LIBRO DE LAS MONTAÑAS" DICE:
¡PERO MIRAD QUÉ ALEGRES
MOZOS Y MOZAS
INVADEN LOS VIÑEDOS
DESDE LA AURORA!
¡VED QUE ALEGRÍA
PREGONAN LOS CANTARES
DE LA VENDIMIA!.